Presentación
Si comenzábamos el año con un primer trimestre marcado aún por unos indicadores positivos, y con la esperanza que los factores que inciden en la evolución de la economía no supusieran una rémora, hemos de constatar para este segundo semestre que la tendencia está empezando a cambiar y de forma preocupante.
El PIB va dando signos de agotamiento, y su crecimiento sigue disminuyendo debido fundamentalmente a la unión de la menor demanda interna y externa. El mercado laboral también da síntomas de debilidad, con una caída en el número de afiliados en la seguridad social y un incremento de los parados.

A este cúmulo de factores hemos de unir la incertidumbre generada en sectores tan claves como el de automoción, y el de la vivienda por la incertidumbre creada a través de las restricciones al diésel, o la nueva Ley Hipotecaria.