La subida salarial debería ajustarse a la productividad

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El Índice de Precios de Consumo (IPC) correspondiente al mes de diciembre ha experimentado una variación en 7 décimas a nivel nacional y en 8  a nivel regional respecto al mes de noviembre, mientras que la tasa interanual se sitúa al término del último mes del año en el 3 por ciento, en el caso de España y en el 3,4 por ciento en el caso de Castilla-La Mancha, según los datos hechos públicos hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El incremento interanual que se ha producido obedece, no a una subida del consumo ni de la actividad empresarial, sino a un incremento de los productos energéticos, tales como la energía y los carburantes. Por tanto, no podemos nada más que decir que los datos por sí solos, son malos.

Este incremento no viene sino a ratificar la postura defendida por CECAM CEOE-CEPYME Castilla-La Mancha, en relación a la necesidad de una moderación salarial en la negociación de los convenios colectivos. Desde inicios del año pasado, CECAM ha solicitado a las centrales sindicales un ejercicio de responsabilidad en la negociación de los convenios colectivos en el planteamiento de los incrementos salariales, ya que esto supone forzosamente una subida de los costes empresariales, que no puede ser afrontada por las empresas debido a la situación económica actual.

Y es que, tal y como reflejan los datos del IPC, la tasa de inflación interanual en nuestra región se sitúa en el 3,4 por ciento y si las revisiones salariales pactadas para este año superan el 2 por ciento, implicará para las empresas subidas salariales muy por encima de sus posibilidades financieras. Desde CECAM consideramos que el aumento salarial debería ajustarse a la productividad de las empresas y no a la inflación registrada.

Si sumamos esto a los ya tradicionales problemas que sufren las empresas, como son la falta de financiación, la morosidad, la demora en los pagos por parte de la Administración y la caída del consumo, nos volvemos a encontrar en una situación crítica y con perspectivas de cierre para un gran número de empresas, como ya viene siendo habitual en los últimos meses.

Las políticas fiscales como la puesta en marcha por el Gobierno, con la subida del I.V.A, no ha hecho sino empeorar la situación  económica y aplazar en el tiempo una pronta salida de la crisis, ya que esta subida ha supuesto un incremento de costes y perjudicado al consumo.

A tenor de estos datos, será necesario realizar un esfuerzo laboral que no puede venir única y exclusivamente desde la parte empresarial.

Por último, entendemos que en la negociación colectiva que se inicia este año se deberá llevar a cabo una reflexión seria sobre aspectos como la flexibilidad, la movilidad y los salarios, que permita afrontar a las empresas la situación económica que vivimos de una manera más competitiva.