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El próximo domingo, 14 de marzo, se cumple un año desde la declaración del Estado de Alarma en nuestro país mediante el Real Decreto 463/2020, para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
Un año cuyo balance deja un impacto económico muy negativo en las pymes y autónomos de nuestra región (con 1.309 empresas menos en febrero de 2021 respecto a febrero de 2020, un -2,2%, y muchas de las que no han cerrado aún, se encuentran en una situación límite), y en el que desde CECAM y sus Organizaciones empresariales nos hemos volcado para reclamar las medidas necesarias que les ayudaran a paliar esta situación y ofrecerles toda la ayuda, información y asesoramiento que pudieran necesitar, en todo el territorio regional.
La tramitación de los ERTE, la prestación por cese de actividad para los autónomos, ayudas concretas para las empresas, Equipos de Protección Individual (EPIs), son algunos de los importantes logros que las Organizaciones empresariales de Castilla-La Mancha han conseguido durante este tiempo, fruto del más de centenar de reuniones y negociaciones mantenidas para que se pusieran encima de la mesa medidas reales y concretas destinadas a evitar la desaparición y quiebra de las empresas de Castilla-La Mancha.
De esta forma, ante la paralización de la actividad empresarial en los primeros meses, que ponía en riesgo la viabilidad de muchas empresas y empleos de nuestra región, CECAM y sus organizaciones empresariales miembro (FEDA, FECIR, CEOE-CEPYME Cuenca, CEOE-CEPYME Guadalajara y FEDETO) dieron una respuesta inmediata y coordinada para evitar que las empresas tuvieran que cerrar, consiguiendo que se adaptara la figura del ERTE por causa de fuerza mayor a la situación de crisis sanitaria que sobrevino, no prevista en la legislación y que fue fruto de la negociación entre los agentes sociales CEOE y CEPYME, los sindicatos y Gobierno.
Desde marzo de 2019 alrededor de 25.000 empresas se han acogido a un ERTE en Castilla-La Mancha, afectando a unos 100.000 trabajadores aproximadamente.
Igualmente, las Organizaciones empresariales consiguieron que se aplicara la prestación por cese de actividad para los autónomos, llegándose a beneficiar de esta medida hasta 75.000 autónomos de nuestra región.
Gracias a las negociaciones mantenidas por las Organizaciones empresariales se consiguieron también ayudas concretas para las empresas. Un ejemplo es el Plan de Medidas Extraordinarias para la Recuperación Económica de Castilla-La Mancha, firmado por CECAM con Gobierno Regional y sindicatos: 41.000 pymes y autónomos se beneficiaron de la primera de las medidas puestas en marcha, las ayudas a fondo perdido para autónomos y microempresas cerradas o afectadas por la pandemia, cuyo presupuesto se amplió además poco después hasta los 80 millones de euros a fondo perdido, tras las reivindicaciones de CECAM, y otras 10.000 empresas y autónomos se han beneficiado de la reciente segunda línea de ayudas, por importe de 30 millones.
119 reuniones, 40.000 consultas atendidas y 130 notas de prensa
Junto a estas funciones de interlocución y de representatividad de los empresarios de nuestra región, que se concretaron en la celebración de 119 reuniones con la Administración, la labor de las Organizaciones empresariales de Castilla-La Mancha se centró también en un intenso trabajo de apoyo y asesoramiento personalizado a los empresarios y autónomos, siendo el pilar al que pudieron agarrarse para salir adelante, en los momentos en que más necesitaban de su ayuda.
El trabajo llevado a cabo fue muy intenso, ante la enorme cantidad de normativa que se iba publicando, que debía ser interpretada de la noche a la mañana para asesorar correctamente a los empresarios. Durante este año se han llegado a publicar en nuestra región 39 decretos y 51 órdenes relacionadas con el COVID-19.
De esa forma, se atendieron más de 40.000 llamadas y consultas de los empresarios, a los que se les ayudó y acompañó, uno a uno, a realizar todos los trámites que fueron necesarios; y se dio voz a las pymes y autónomos de nuestra región a través de más de 130 notas de prensa y comunicados oficiales a lo largo del año.
Durante el ejercicio, CECAM llevó a cabo una labor permanente de negociación con la Administración, con el objetivo de que se pusieran en marcha a la mayor brevedad las diferentes medidas incluidas dentro del Plan de medidas extraordinarias para la recuperación económica de Castilla-La Mancha en apoyo a las pymes y autónomos de nuestra región, negociado con el Gobierno regional y los sindicatos.
Posteriormente, las Organizaciones empresariales trasladaban también al Gobierno regional las diferentes demandas que nos hacían llegar los empresarios de la región en relación a las restricciones y limitaciones a la actividad empresarial que se fueron adoptando, por lo que reclamamos la flexibilización en la aplicación de estas medidas, que tanto perjuicio estaban ocasionando a las pequeñas y medianas empresas y autónomos de Castilla-La Mancha.
De cara al futuro, cabe señalar los efectos económicos negativos que tendrán estas restricciones sobre los sectores que se están viendo más afectados, como son el sector de la hostelería, el comercio o el turismo, entre otros, y las dificultades en cuanto a la actividad y el empleo que traerán consigo estas restricciones durante los próximos meses.
En conclusión, el año 2020 ha sido especialmente duro para las pymes y autónomos de Castilla-La Mancha, por todos los efectos económicos de la crisis generada por la pandemia de la COVID-19. A la caída del número de empresas registrada durante este año, hay que añadir que las empresas han tenido que acudir más a financiación externa, habiendo aumentado los préstamos bancarios al tejido productivo en un 8,8 por ciento, lo que supone en definitiva un crecimiento de la deuda.
Con unos niveles tanto de empleo como de actividad claramente inferiores a los existentes hace un año, – a pesar de que los ERTE están jugando un papel fundamental evitando un mayor incremento del desempleo-, se demuestra necesario intensificar las medidas de apoyo a nivel nacional dirigidas al tejido productivo, como sí las han puesto en marcha otros países de la Unión Europea, con el objetivo de minimizar las graves consecuencias que esta crisis está dejando sobre las empresas de nuestra región y del conjunto del país.
En este sentido, tras un año de pandemia, el Gobierno nacional acaba de aprobar por primera vez ayudas directas a pymes y autónomos, que tramitarán las Comunidades Autónomas. Unas ayudas que, siendo necesarias, llegan muy tarde para muchas empresas y son claramente insuficientes en comparación con el perjuicio causado por los cierres y limitaciones decretados por las autoridades sanitarias.
Las expectativas sobre la recuperación se han acrecentado a medida que avanza la campaña de vacunación. Sin embargo, es necesario trazar cuanto antes una hoja de ruta para que esa recuperación sea efectiva y no quede en suspenso ante unos riesgos que aún no se han disipado.
Hay que tener en cuenta, por ejemplo, el peligro que supone que los trabajadores que actualmente se encuentran en ERTE puedan convertirse en desempleados y actuar también frente a la posibilidad de que no haya un repunte rápido en la actividad de determinados sectores productivos.
Los distintos confinamientos y las restricciones a la actividad han retrasado las previsiones iniciales de inicio de la recuperación, que se situaban a principios de 2021, para hablar ahora de un repunte de la actividad a lo largo del año e incluso hasta 2022; un nuevo escenario, con un proceso de recuperación más lento de la esperado, en el que las empresas difícilmente podrán aguantar. Por tanto, es preciso mantener y adaptar esa hoja de ruta a la nueva realidad y nuevos retos, que debe hacerse desde el diálogo social, que establezca los pasos necesarios a dar con el objetivo de evitar que se lastre la recuperación.
Desde CECAM y sus Organizaciones empresariales miembro continuaremos trabajando intensamente y redoblando nuestros esfuerzos para seguir defendiendo los intereses de las pymes y autónomos de nuestra región, trasladando todas sus demandas y necesidades, y negociando aquellas medidas que consideramos necesarias para ayudarles a afrontar estos críticos momentos y contribuir a paliar en la medida de lo posible los graves efectos que la crisis está teniendo sobre ellas.