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Según los últimos datos del INE, la tasa de variación anual del IPC arroja en el mes de marzo un 9,8%, más de dos puntos por encima de la registrada en febrero, con una variación mensual que alcanza el 3%, el mayor incremento experimentado en nuestro país en este último año inflacionista. Las causas que vienen presionando para llegar a estas cifras son principalmente la subida de los combustibles, de la electricidad y de los carburantes. Un dato muy significativo revela que, a lo largo del año se ha producido un incremento del 60% en los precios energéticos.
Estos incrementos en dichas clases presionan al alza los precios de sectores sensibles como Vivienda y Transporte fundamentalmente. La inflación subyacente aumenta cuatro décimas, hasta 3,4% interanual, situándose casi seis puntos y medio por debajo del IPC general, lo que estaría reflejando el esfuerzo del tejido productivo para no repercutir todo el aumento de costes en sus precios finales de bienes y servicios. En esta situación los márgenes empresariales quedan significativamente reducidos, añadiendo mayor complicación para la supervivencia de muchas empresas, además de la pérdida de competitividad.
La escalada de precios continuará debido a los factores que se han ido sucediendo: pandemia, dificultades de aprovisionamiento, incremento de materias primas y de los precios de los bienes intermedios, de los precios de la energía y carburantes, entre otros y a los que se le ha venido a sumar la invasión por parte de Rusia del estado de Ucrania. Todo apunta a que los precios elevados se mantendrán los próximos meses, esperando que vayan remitiendo en intensidad a finales de año. Por ello, se hace especialmente relevante evitar un escenario en que los aumentos en los precios y en los salarios se retroalimenten entre sí, para no producir efectos de segunda ronda que nos lleven a una espiral inflacionista.
Especialmente significativas son las cifras de los últimos meses de Castilla-La Mancha, que sitúan a nuestra región a la cabeza con la inflación más elevada de toda España, llegando al 11,7% en marzo. Como causas encontramos las mismas que a nivel nacional, pero con una mayor presión inflacionista, como demuestra el dato de que ha aumentado la distancia respecto a la segunda comunidad autónoma en cuanto inflación, Castilla y León, ya que el mes anterior las separaban un 0,5 % y ahora la diferencia ha subido a un 0,7%.